El cuerpo humano, de Paolo Giordano

Localicé El cuerpo humano (Il corpo humano, 2012) en la biblioteca de Santa Margalida –por cierto, mañana la he de devolver– y abordé su lectura con curiosidad y algo de miedo. Después de la agradable sorpresa de La soledad de los números primos –nota 05/08/2016–, temía una decepción. No es la primera vez que un autor joven hace una diana en el primer intento y, luego, presionado por el éxito, todo son tiros al aire.

Pero no ha sido así. Y esta segunda novela de Paolo Giordano me ha sorprendido tanto como la primera. En esta ocasión no ha sido la sorpresa del descubrimiento –mi descubrimiento particular– de un nuevo autor con inteligencia, sensibilidad y buena técnica, sino descubrir que a todas estas virtudes literarias cabía añadirle el valor. Porque Giordano ha sido valiente al escoger el tema de su segunda novela y abordarlo.

La novela gira alrededor de una acción bélica en esta interminable guerra que enfrenta el mundo occidental y el islamismo radical. El territorio es un valle remoto de Afganistán; los protagonistas, un grupo de soldados italianos destinados a un puesto avanzado del desierto afgano y los invisibles talibanes, que están allí pero no se ven. Y dentro de este grupo de soldados, varios se convierten en protagonistas del relato. Se trata de una novela coral, que describe el día a día de un grupo de militares en una de estas misiones de guerra moderna de control de un territorio presuntamente conquistado, pero nunca pacificado, y en donde la vida transcurre en una monotonía abrumadora hasta que el enemigo te recuerda que aquello no es un campamento de verano.

La misión militar es el marco espacio-temporal que Paolo Giordano elige para presentarnos unos personajes con su pasado y sus peculiaridades, relacionarlos y mostrarnos cómo el súbito encuentro con la violencia y la muerte los confunde y los hace cambiar. Fiel a su interés por mostrar la debilidad del cuerpo humano en su experiencia vital, el autor huye de los tópicos bélicos y construye una novela psicológica, de lectura ágil y entretenida, que no deja indiferente.

Pienso que con El cuerpo humano, Paolo Giordano tiene el acierto de no caer en una repetición de la fórmula que le proporcionó el éxito y busca un reto nuevo que lo haga avanzar en su progresión literaria. Y la verdad es que le agradezco la valentía y celebro el buen oficio con que lo resuelve. Cuando esté en Barcelona buscaré Como en familia (Il nero e l’argento, 2014) para seguir la trayectoria de este joven escritor italiano tocado por la gracia de los dioses.