Va de cine

De las películas oscarizadas recientemente he visto dos: Three Billboards Outside Ebbing, Missouri (2017), de Martin McDonagh, que aquí se ha distribuido como Tres anuncios en las afueras, y Darkest Hour (2017), en castellano, El instante más oscuro, de Joe Wright. Dos películas muy distintas pero con la coincidencia de contar con interpretaciones de sus protagonistas que les han valido un Oscar a cada uno, unos guiones inteligentes y una puesta en escena impecable.

La primera es un thriller original que pivota alrededor de Mildret Hayes (Frances McDormand), que se queja de la inoperancia de la policía local en la resolución del asesinato de su hija poniendo anuncios provocadores en tres vallas publicitarias que hay en las afueras del pequeño pueblo (imaginario) de Ebbing, en el estado de Missouri, donde vive. A partir de aquí, las relaciones de Mildret con el jefe de policía de Ebbing, William Willoughby (Woody Harrelson) y el agente Jason Dixon (Sam Rockwell, Oscar al mejor actor secundario) se tensan y provocan la serie de situaciones y acontecimientos que constituyen el núcleo central del film. Con un guion sólido, unos diálogos concisos, que me recuerdan a los personajes de las novelas de Cormac MacCarthy, y una excelente dirección, todo obra del dramaturgo y cineasta anglo irlandés Martin McDonagh, la película ofrece una versión diferente del género negro, mucho más basada en el trabajo psicológico de los personajes y en la confrontación entre ellos que en la intriga. Paradójicamente, este film que tan bien refleja  el mundo cerrado, racista y machista de un pequeño pueblo del centro de los Estados Unidos es una obra de factura europea; salvo los actores y las localizaciones, el guion, la dirección y la producción son británicos.

De Martin McDonagh (1970, Londres) también he visto su primer largometraje, In Bruges (2008) —Escondidos en Brujas—, un, también, muy original planteamiento del mundo del hampa londinense. Sin duda, Martin McDonagh es un autor que será preciso seguir.

El instante más oscuro relata los primeros momentos de la Segunda Guerra Mundial desde la tensión con que se viven en Gran Bretaña, y, sobre todo, a través de la figura de su primer ministro, Winston Churchill (Gary Oldman), recién nombrado en el cargo y muy controvertido por sus excesos incluso dentro de su propio partido y por la corona. Pero, no sin dudas, la fuerte personalidad de Churchill se impone sobre sus adversarios políticos y conduce al Reino Unido a combatir con las armas la invasión de Europa por las tropas de Adolf Hitler. La película es un recital interpretativa de un Gary Oldman inmenso y tan transformado en Churchill, que es irreconocible. (Cabe decir que la buena labor del equipo de peluquería y maquillaje ha sido premiada con un Oscar). Con un guion magnífico de Anthony McCarten y una dirección espléndida de Joe Wright (1972, Londres), que se reivindica después de una Anna Karenina (2012) decepcionante para mi gusto, Darkest Hour es una notable aproximación a un personaje capital de la historia reciente británica y europea. La firmeza de Churchill ante el asalto del nazismo y su acierto en valorar el riesgo de ceder al delirio imperialista de Hitler salvaron el mundo occidental de los fascismos de finales de la primera mitad del siglo XX. 

Dos películas, pues, del todo recomendables, con una tensión dramática sostenida desde el principio y unas interpretaciones magistrales.