Retrato ácido e irónico de Joan C, un ciudadano tipo -piso, coche, mujer, hijos, trabajo- engullido por una cotidianidad asfixiante. Si en la primera parte de la novela la caída del protagonista parece imparable, en la segunda consigue levantarse a partir de una singular actitud personal que va desde la práctica de la escritura hasta el asesinato. El final, esperanzador, queda abierto a la espera de que el lector lo cierre.
La mirada oscura es la primera novela que escribo en registro adulto, y en ella vuelco algunas de mis neurosis y obsesiones. Es un grito liberador en contra de un sistema de valores muy cuestionable y en el que nos encontramos inmersos la inmensa mayoría. Los problemas de relación con uno mismo, con la pareja y con los que nos rodean marcan nuestra vida, y la de Joan C, el protagonista. La insatisfacción, la suya y la mia, mueve nuestras manos por el teclado y, cuando desaparece, las detiene. En su caso de una manera más evidente que en el mio.
En castellano, solo en edición digital.